Hoy te voy a hablar de tu sonrisa.
Esa preciosa sonrisa que tanto te empeñas en esconder…
No lo hagas. Intenta no hacerlo: esa ancha sonrisa -que supongo que
contienes por “miedo” a exponerte- viene aún de sentimientos que
albergas TODAVÍA PUROS.
- Porque eres joven e inocente, y tus ganas de vivir lo deben ser también; así que pierde el miedo a ser tu mismo.
- Porque tienes toda tu vida por delante.
- Porque eres un libro apasionante por escribir; y sé que lo escribirás con la letra que tú decidas. Con tus propios puntos y seguidos y tus propios puntos y apartes. Con tu particular sentido común marcado por ese sentido de lo “justo” que siempre has tenido y te ha hecho siempre ser tan soberbio...
Pero sonríe… Deja escapar
esa sonrisa que tanto te cuesta mostrar , y que yo tanto celebro ver
cuando olvidas contenerla. Esas pocas veces en las que estás relajado y
confiado y no te preocupas porque yo vea si estás feliz o contento.
Como si el sonreír desnudara tus ideas, y dejándote expuesto a algo malo. No hay nada malo… lo malo es contenerla.
Te
voy a contar una historia que guardo ahí dentro, por algún rincón de
mi corazoncito para que entiendas el valor que le doy a algo que te
puede parecer tan tonto :
Hace
muchos años cuando yo era más pequeña que tú, contaba en mi vida con
una persona encantadoramente risueña, cuya sonrisa se esforzaba
constantemente en buscar la mía.
Esa persona tenía tu edad justo; una persona importante en mi vida… alegre y feliz como la que más. Sin mayores problemas que el de seguir provocando sonrisas con la suya; haciendo siempre gala de un espíritu lleno de vida.
Sus ojos brillaban al sonreír y su sonrisa era tan ancha y enriquecedora; que no tenías más remedio que responder enganchada con una sonrisa de iguales medidas.
Tanto buscó la mía, que me enseñó a sonreír sin miedo.
Pero un buen día se acabó. Se despertó sin ganas de sonreír… Sin ganas de sonreírme. Algo pasó; algo pensó; que aún a día de hoy, tan solo saben él y su sonrisa... Esa sonrisa que a partir de entonces guardó para él , y para su celosa soledad - de ideas y pensamientos-,
no sé si “escogida” o “impuesta” por alguna conclusión dañina qué le
provocó un apagón moral en su vida , que le ha acompañado toda su vida a
partir de entonces. Sin dejar entrar a nadie más.
Qué fue, qué pensó, qué escuchó, qué creyó… Qué fue lo que se
quedó con sus ganas de iluminar con su sonrisa, para caer en la
oscuridad de la soledad y la desesperanza. Qué interruptor dejó de
funcionar…
El caso es que ese día se convirtió en otra persona . Una persona cuya incapacidad de experimentar alegría me colocó -nos colocó-, a kilómetros y kilómetros de distancia.
Una persona que a partir de entonces viviría de huecos y vacíos. Vacíos
de preguntas sin respuesta , llenos de dudas y de desgana.
OJOS SIN LUZ. De una vida que deja de tener grandes propósitos…
Y esa falta de luz se catalogó como enfermedad.
Y su falta de sonrisa se catalogó como desesperanza. Y sus dudas , sus
historias , sus recuerdos y sus sueños, se fueron disipando entre tanto
diagnóstico y tanta inútil pastilla. Siendo su silencio su mayor
coraza de protección; aislándose moralmente. Cambiando el “ser” por el simplemente “estar”. Quedándose su ilusión aparcada en la de aquel niño de 14 años que me dejó de sonreír…
ENFERMANDO DE DESILUSIÓN Y DE DESGANA
Por
eso hoy, día de tu 14 cumpleaños; quiero dejarte por escrito – que sé
que es como mejor me atiendes; sin interrupciones- que quizás no sea
la madre que esperabas que fuera, y que igual podría ser más paciente y
ejemplar , pero muchas veces pierdo las formas , por miedo a que tu
también dejes de sonreír… ME ANGUSTIO TANTO que no tengo más remedio que hacer todo lo que esté en mi mano, para que dejes siempre lucir esa sonrisa tan bonita en tu cara.
Así
que te pido con todo mi corazón, que cuando dudes si sonreír o no :
Pares , respires profundamente… y pienses: UNOS POCOS DÍAS MALOS
REPARTIDOS A LO LARGO DE TODA TU VIDA NO DETERMINAN QUE LA VIDA SEA UN
MAL LUGAR DONDE VIVIR. Recuerda siempre cuando alguien o algo amenace
tus ganas (incluida yo):
QUE LA VIDA ES DEMASIADO CORTA PARA DESPERDICIARLA SIN SONRISAS
Porque dan luz a tus ojos. Y esa luz a mi me da la vida; porque como ya te he dicho otras veces…
NECESITO TU SONRISA PARA SONREÍR.
P.D.:
Espero que te guste mi regalo- aparte de las magdalenas de chocolate
de las monjitas , tu camisa “de mayor” para que yo te vea guapo y la
guerra de cupcakes con tus primos- FELIZ CUMPLEAÑOS
P.D.2: ¿SORPRENDIDO?
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