Petarda amistad...



    He aprendido en mi vida a decir adiós a aquellas personas que sólo venían a dar un paseo por mi vida; solían ser aquellas personas que sólo se acuerdan de ti cuando necesitan un favor o necesitaban asomarse por tu corazón por el triste y simple hecho de estar aburridos de sí mismos…

   Muchas veces nos perdemos en nuestra vida en ese batiburrillo de  impaciencia y de incertidumbre que supone no saber qué será de nosotros en un futuro, y si responderemos o no  realmente a  lo que se espera de nosotros.

   ¿Somos lo que verdaderamente queríamos ser, o simplemente asumimos  aquello en lo que nos hemos ido convirtiendo para contentar al resto; para complacerlos? ¿Qué queda de  real en nuestros sueños y  qué queda de  esperanza en  nuestras ilusiones?

     Muchas de esas ilusiones  que queremos satisfacer , no son nuestras, son  las de los demás ; las de esas personas que quieren que  subamos todas las escaleras  que ellos estiman que debes subir, para llegar al  rascacielos de sus expectativas, sin importarles el precio que te cueste.


    Así que POR FIN me he dado cuenta  de que siempre he andado  perdida en proceder como yo creía que se esperaba de mí, subiendo escaleras casi con la lengua fuera , para evitar decepcionar más a los demás que a mí misma, cuando  nunca me importó que ell@s se quisieran quedar en la planta baja…

     Y  hoy me atrevo a decir  a aquellos que he descubierto que no me merecen el esfuerzo: que no estoy aquí para entretenerlos… Y que no me gusta sentirme “usada”.   Que me he cansado ya de subir escaleras, porque cuando llego arriba y me asomo, no  consigo ver lo que yo quiero; sólo veo lo que ellos quieren. A TOD@S ELL@S les digo un ADIÓS GUSTOSO Y  SIN RENCORES.

 PORQUE YA ME HE CANSADO Y PORQUE LA VIDA ES DEMASIADO CORTA PARA PERDER EL TIEMPO  CON QUIEN NO LA VALORA.

    Pero después de coleccionar tantas decepciones y una vez asumidas una a una todas ellas - y contando por supuesto; con que yo misma  también  he decepcionado, decepciono y decepcionaré -,  y abrumada por tanto sufrimiento inútil que cualquier persona con humilde corazón se resiste a sentir;  te das cuenta por fin, que todas esas personas que no responden de la misma manera por ti, te enseñan  la lección más  grande de tu vida con sus despedidas-huidas o "adioses".  

   Porque ese vacío que queda en tu corazón te obliga a  valorar como diamante en bruto,lo que significa un simple rato tranquilo y divertido con esas otras personas que entre tanta DESIDIA Y EGOÍSMO descuidas sin darte cuenta mientras subes escaleras para otros.

 Esas personas que  suponen un alivio para mente y alma,  el contar con ellas: 

MIS BUENAS AMISTADES, LAS DE SIEMPRE. MIS AMIGAS VERDADERAS.

Las que siempre han estado ahí aún sin estar presentes.  Las que siempre me han servido de alivio, de apoyo, de descanso y de reposo. Sin consuelos, ni caras tristes… Porque saben que la compasión no da la  fuerza,  y  me curaban tan sólo con su amistad, con su presencia, con buenos ratos; simplemente "estando" con ellas. 

Son mis "paracaídas emocionales".

    Y con ellas ya no me siento chiquitita y vulnerable;  ni “gastada” de tanto sentir  perdido , vacío y desperdiciado. Al contrario; me siento llena y con un sentir inmensamente aprovechado.

  •    Aquellas con las que no tengo que guardar composturas ni tomar ningún papel; porque me acogieron en sus vidas ligera de obligaciones y ahora  siguen conmigo , con sobrepeso de ellas.  Con las que me apetece descargar de vez en cuando "el peso" de mi mochila, aliviándola tan sólo con risas… Porque después de todo, sólo queremos estar con quien nos ayuda a reírnos de nosotros mismos. Sólo risas; suyas y mías.

  • Son aquellas que no saben, ni les importa cuándo empieza la mujer y acaba la niña, ni cuándo acaba la hija y empieza la esposa. Ni cuándo empieza la esposa y empieza la madre… Aquellas que aceptan todas mis versiones de realidad, sin hacer que renuncie a ninguna de ellas, porque en todas soy yo misma, sin ser realmente  yo en ninguna de ellas.

  • Aquellas a quienes mi dirección tan solo les importa para que no me pierda, porque me he dado cuenta de que a quien le molesta el sentido que tomo, NO LE IMPORTO; Y A QUIEN VERDADERAMENTE LE IMPORTO , el sentido y la dirección que le doy a mi vida, no les molesta.

Ellas me quieren a pesar de que no llegue a cumplir  del todo bien esas expectativas, aunque no consiga  subir todas las escaleras que quiero; sin vergüenza ni reparo en demostrarles que no llego a ser una madre ejemplar, ni una hija ejemplar, ni una esposa ejemplar… y mucho menos una amiga ejemplar. Simplemente tengo que guardar la careta y ser yo misma a pesar de mi.  Defectuosamente y virtuosamente , yo. Pero querida por ellas , por  todo ello.


 DEFINITIVAMENTE ME QUEDO CON ELLAS
...y todas ellas saben quienes son.

  • Porque no quisieron entrar  tan solo en mi vida para dar un paseo, vinieron para quedarse; sin pretensiones ni conveniencias. 
  • Porque no saben verme triste, y no sé estar triste con ellas; porque me eligieron para complicarse la vida por mí, si lo necesité en algún momento. Porque todavía lo hacen y sé que lo seguirán haciendo. 
  • Porque viven con intenciones y con ilusiones, porque además sus intenciones  son buenas…  
  • Porque  cuando eligieron ser reinas de sus vidas y no víctimas, yo lo hice con ellas; y porque nunca dejaríamos por eso mismo, que ninguna de nosotras cayera y  no quisiera ser reina.
  • Porque no se puede decepcionar a quien no espera nada de ti, más que el simple hecho de que estés la mayoría del tiempo posible bien; y sólo disfruta de lo bueno que le puedes dar.  Porque es imposible decepcionar a quien sabe que ya eres todo lo que esperaba de ti, y aún más, aunque tú no lo sepas.

    Y no piden más. Sólo tu amistad y tu compañía. Si me faltan sonrisas, me regalan las suyas compartiendo recuerdos de vez en cuando… para saber que todavía somos y seguiremos siendo espectadoras de nuestras expectativas, para celebrar "lo logrado" y para relativizar "lo frustrado". Todas ellas irremplazables.

Victoriosas o derrotadas , pero siempre juntas.


Para todas ellas, mis Petardas; con todo mi cariño,mi respeto y mis eternas disculpas por mis descuidos. Por ellas sí que merece subir las escaleras aunque me quieran en la planta baja.

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