Te quiero





   Qué poquito nos gusta admitirlo y que gustirrinín da escucharlo.

   Te quiero, te quiero, te quiero; esto sí que es un desnudo, el más brutal. Ante esas siete letras se desarma cualquiera, incluso aquel que no crea en el amor.

   Porque incluso el que no crea en él, desea agradar , y ser querido, ser aceptado con el corazón abierto por alguien sin condiciones con sus "taras emocionales" de serie y sus "premios gordos de Petete".

    Difícil de escribir, difícil de decir, difícil de reconocer, difícil de expresar , difícil de transmitir. Vivimos con un pánico absurdo y total a dos simples palabras por que la asimilamos directamente como una amenaza a perder tu ¿libertad?,  o puede ser un indicio de  un posible rescate de tu reclusión de  la burbuja  en la que te encuentras tan cómoda y que te hace invencible ante emociones dañinas que sabes que si descubres,  pueden dejarte K.O. 

    Dos palabras que  te enganchan y le quitan  a tu soledad de cuajo, el disfraz de libertad y autosuficiencia en la que te escondes, para que no se refleje en el espejo de tu vida. Para quedarte expuesta sin más, a lo que la otra persona quiera ofrecerte y a recibir lo que quieran darte.

   Todos, y digo, absolutamente todos, queremos que nos quieran, que nos necesiten y que nos lo hagan saber, aunque muchas veces somos tan  recelosos con nuestros propios sentimientos que  los fiscalizamos de tal forma que  como el otro no tenga a mano la bola de cristal, la cosa no suele ser buen negocio.

    El "yo" mejorado ante los ojos del otro, entenderse sin palabras, compresión, complicidad...Vivir una película con dos protagonistas. Iniciar un largo viaje por esta vida con el compañero adecuado. Aceptarse con el "pack" completo, que incluye defectos y virtudes y de oferta alguna que otra sorpresita... ¡Que así le da más emoción a la cosa!

    Ser "tú" de otra manera. Sin aspiraciones a lo increíble e inimaginable; sin aspirar a la perfección. Verse reconocido como una emoción, una ilusión, pasión y deseo, sin pensar, sin crudos razonamientos. Relativizando y aceptando los errores de cada uno.  PORQUE SI ES AMOR, UNO NO PUEDE PENSAR QUE PUEDE TERMINAR; QUE TIENE FINAL. DEBE PESAR TANTO, QUE TIENE QUE SER INVENCIBLE.

   Pero resulta que sí, que termina muchas veces. Con la desilusión y la decepción que lo caracteriza. Y desgraciadamente está hoy a la orden del día. 

    Muchos no terminan el viaje juntos, porque el mundo nos pone más difícil querernos y más fácil recular. La gente  ya no lucha. Y no lucha porque no creen. Y no creen porque es difícil. Y creen que han perdido la guerra, por perder la primera batalla. 

    Y es que se han multiplicado las batallas, porque con estos tiempos que corren, priman, cada vez más , la moralidad hipócrita y egoísta y nos volvemos, todos, absolutamente todos, y el que diga que no, no me lo creo; violentos e inestables... Ansiedades, miedos , estrés, fatiga, puñaladas y desconfianzas . Familiares y amigos que enferman, familiares y amigos que se divorcian o separan, familias que se rompen por discusiones chorras, familiares y amigos que pierden trabajos o que no encuentran...

    Y esto es como una chimenea que está   en una  habitación.  Mientras la leña está encendida y da calorcito y luz... bien, genial,  pero como nadie le dé un meneo a los tronquitos o le eche más leña, el fuego se apaga, y la habitación se queda sin luz, te mueres de frío, ¡ y encima no  tienes calefacción ! 

    Así que entre tanto: -"¡Levántate tú , que estás más cerca!"- o -"¡Levántate tú, que yo ya he ido"-, se va a freír espárragos el fuego.

   Y se nos va la vida pensando  en cuándo lograremos tener lo que creemos merecer (el fuego perfecto; ser queridos como queremos). Y no nos damos cuenta que lo tenemos delante, justo delante.  

    Y deberíamos sentirnos satisfechos con lo que tenemos, sin necesitar nada más. Nos hemos vuelto locos y el mundo nos da la espalda, porque le hemos cerrado las puertas al corazón...POR SER TAN INSATISFECHOS Y EXTREMADAMENTE EXIGENTES CON LA VIDA.

   Y nos olvidamos de amar, amar, amar...

   Así que aunque suene ñoño, aburrido, cursi, vergonzoso y ridículo,  coge a quien quieres por los pelos (sentido figurado...), y  plántale  un beso de peli (aunque estés liando croquetas o preparando un puchero) en los morros , clavándole los ojos como si le estuvieras escaneando y suéltale un "TE QUIEROOOO" que haga que le llegue a las entrañas y  verás cómo se te llena el alma a borbotones hasta que  se te ilumina la mirada con esa chispa de vida que sólo la da el amor...que ni el mejor colirio de farmacia. ¡Mejor que montarse en la montaña rusa o la noria!

   Y amar, amar sin desconfianza y con el corazón "entregaíto", porque la desconfianza sólo engendra monstruos imposibles que no dejan vivir y sentir la vida. Que nadie es perfecto...y  todos necesitamos necesitar y que nos necesiten. O al menos, a mí me gusta pensarlo así.






 Hay que ser valientes.  Así que, todos a echarle leña al fuego, ¡VENGA!



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