"No sé qué haría sin ti".

     



AYER empecé a escribirte, encerrada en el cuarto de baño, escondida (ya sabes que suelo hacerlo), por tus 18, dedicándote mi entrada número 100, para que siempre te acuerdes y nunca me olvides. Sabes el trabajo que me cuesta robaros tiempo, y las  dos pensábamos que no iba a ser capaz de escribirlo tan pronto, pero es una ocasión perfecta para demostrarte lo que te quiero y verbalizar lo que siento es la forma emocional más profunda y bonita que encuentro para poderme quedar "grapadita" a ti de por vida.

Estamos enfadadas, lo habitual en nosotras; porque yo me monto en mi moto para intentar arreglar tu mundo y  a ti te sube el nivel de angustia,  te montas en tu burro, porque tienes la certeza absoluta de que tu mundo ya está arreglao, y las dos acabamos con ataques de albañil profundos, en 0,2. ¿Porqué? Ya ni me acuerdo; y sé que tú tampoco  porque el disgusto se perdió entre mi proyecto de sermón maternal y tu cara de pócker refunfuchando:


 "Quesíiiiiquevaleeeequesíquevalequeyameheenteradoquenoquierodiscutirrrofú!"


 Precisamente por eso, porque ya no me acuerdo, y porque sé que tú tampoco, quiero darte las gracias por ser como eres. Y para colmo de empalago, tengo que hacer gala de ti, porque ya eres toda una mujer, me has demostrado lo fuerte y peleona que puedes llegar a ser para conseguir lo que verdaderamente quieres.   

Aunque te mueras de vergüenza diciéndome:

-"¿Pero qué haces Señooooora?"

  Pues sí: ¡me encantas! Eras una bebé antipática, pero muy mona, -todo hay que decirlo-, pelín arisca, -menos conmigo-, autosuficiente vital nata de las que cogía el banquito más chuminoso de la cocina para subirse a la encimera con tres añitos desafiando mi paciencia y  la ley de la gravedad para coger un vaso y beber agua porque tenías sed. Hiper-independiente, como la que más, extra sensible ("Magdalena Woman" como la mare) pero con una capa de autoprotección que te hace parecer que todo te resbala, -cuando no es así-, volviéndote encantadoramente marciana sin poder remediarlo. ¡Y yo lo sé¡ Y yo sé que tu lo sabes, pero como tienes que ser una versión auténtica de ti misma y no una copia de nadie, yo te de dejo que aparentes haberte dado un atracón de espinacas y pretendas hacer de Popeye. Pero está bien hacer un poco Olivia o de  Cocoliso...

 En fin, que es urgente que hoy sepas, justo hoy y no otro día, que estoy orgullosa de ti y que te quiero a morir. ¡LOS CINCO TE QUEREMOS A MORIR!

Porque "Hay gente que se quiere a tiempo, a destiempo y todo el tiempo", (Ángeles Mastretta), y así lo hacemos los seis, pero tú y yo en un idioma que ninguno de ellos entiende. Lo sabemos las dos, y  eso nos gusta y nos une más aún .

 Lo que me gusta más de ti es que creo que eres la única persona que sabe escuchar lo que no digo, y sabe oír perfectamente lo que pienso, terminando mis frases y ordenando mis palabras para averiguar lo que te he querido decir, como si estuvieras en mi cabeza, porque sabes que intento llegar a todos a la vez sin llegar a conseguirlo pero siempre con ganas para seguir intentando con humor sin frustrarme por mis intentos fallidos de intentar ayudaros a aprender a vivir...

 Pero gorda, qué bonito perder el tiempo juntas; porque en realidad las dos sabemos que no lo estamos perdiendo, sino que lo ganamos. Cada momento, cada risa, cada llamada, cada achuchón; sé que lo archivas directamente en el cajón de tus recuerdos para traerlos a ti cuando yo te haga falta, porque sabes que es lo que me has visto hacer. Manuela, a quien no has tenido jamás delante pero que tanto has sentido presente por mi culpa...  Muchas veces la vida es un verdadero  drama  y cambia de color sin avisar, -sé que lo sabes-, y llega el destino robándote cruelmente todo el tiempo que pensabas que ibas a tener para quererla con todo el amor que tenías guardado para darle... Pero la vida no es como queremos,  la vida es la actitud con la que nos adaptamos y buscamos salidas a dificultades con soluciones razonablemente aceptables.

  Y ya ves, se me rompió el corazón, pero de rabia por no poder volver a tener la oportunidad de abrazarla, de olerla, de achucharla, de reírme con ella por cualquier chorrada. Yo tampoco sabía qué iba a hacer sin ella(como me dijiste anoche cuando te felicité💛💛💛, por eso se llama así tu Post,- porque me encantó que me lo  dijeras), y mírame aquí estoy, haciendo lo que ella me enseñó y lo que mejor se me da:

 Quereros con todo mi alma intentando enseñaros a vivir cada día como un regalo y cada segundo que respiráis como una oportunidad .

Así que ¿sabes? No te preocupes que no tengo en mis planes irme tan pronto como lo hizo ella, y si Dios quisiera que así fuera, sé perfectamente que te habré enseñado el camino correcto para salir de ese fregao con buena cara.

  Sé que me has escuchado atenta todos estos años que te he dado la lata desde pequeña, todas las veces que te explicaba cómo éramos juntas y la conexión que teníamos... No dudes que es la misma que tengo contigo. Y sé que siempre te ha llamado la atención esa forma de amor. Porque cuando recuerdas a alguien que quieres tanto de una manera tan extraordinariamente real, experimentas la maravilla de hasta poder oler y oír cuando la imaginación te transporta delante de momentos determinados que quisiste grabar en la memoria, frente a esas personas a las que amaste con todas tus fuerzas.

¿Qué decirte más para terminar antes de que den las 12:00 y se acabe tu día? 

Que de todos los colores que existen del blanco al negro eres sin duda mi color favorito, la niña que siempre quise tener, la de Tacones Rojos y sonrisa ancha; sin restarle ni un ápice de cariño y de amor a mis machotes, por los que también muero. Y sé que tú también.

 Nunca olvides que mereces una vida que te deje totalmente despeinada al vivirla con todas las ganas que puedas. Así que no te tomes nunca en serio,- sé que no lo haces-, y sigue con esas risas de psicópata que tanto me fastidian y me irritan. Ríe, ríe a carcajadas enormes y no te calles nunca, midiendo cada paso que das, con ese sentido común que has heredado de tu querido "Pater",  con la frente bien alta.


 SIN MIEDO A CAER NUNCA, CON PRUDENCIA, PACIENCIA E INTUICIÓN, Y  SIEMPRE CON BUEN CORAZÓN 


 FELICES  18  MI NIÑA, YO TAMPOCO SÉ QUE HARÍA SIN TÍ.





0 comentarios:

Publicar un comentario